# 3

saranchá

Atisbos de literatura iberoamericana

ALFONSO MATUS

En un mundo donde pareciera que lo único relevante es lo que acontece en la inmediatez de la red, Alfonso Matus vuelve su mirada hacia lo más recóndito de la memoria austral: los canoeros yaganes. La poesía vuelve a ser utilizada como puente o espejo entre el presente y el pasado para proyectarse hacia el futuro. Reconstruyendo la posibilidad de la arqueología a través del lenguaje, en estos poemas inéditos Matus nos devuelve esos tesoros que creíamos perdidos: nombres y sucesos que emergen para interrumpir la cadena de olvidos que han cimentado la historia.

Memoria del agua

In memoriam

Martín Gonzáles Calderón, último canoero yagán.

En qué ampararse, en qué creer
al oír al hombre rapado, combada cicatriz
en su sien derecha, compungido por el dolor

decirte, agradecido, tras beber un café frente al mar:
«Dios te dará algo a cambio». 

Así, a secas, con tonalidad de tronco erguido
de tronco afianzado en la tierra, confidente
del viento. Y la frase «se busca» 
tras tu partida a la intemperie.

«Partir con el alba, estar siempre listo para zarpar»:
Tánana, en yagán, como el último de sus navegantes,
Martín Gonzáles Calderón, solitario
en una bahía del archipiélago fueguino
restringido por la normativa oficial:
motor sí, canoas no. Desterrada la memoria
del mar, sus mareas, síntomas y signos
cuyo acervo resguarda el canoero
tal como una caverna incuba símbolos
de remotas pinturas rupestres.

¿Qué será de quienes resguardan
esas escurridizas memorias
remando aún, a contracorriente
por los vejados fiordos de la historia?

Son secretos que resguarda
la memoria de la nieve,
huésped que pronto partirá
de retorno al alfabeto celeste.

Endurance

Anémonas, esponjas y algas
son los nuevos tripulantes 
del Endurance, el barco que naufragó 
hace + de un siglo en el mar de Weddell,
obligando a Shackleton y los suyos
a acampar meses en un islote subantártico.

Al fin lo hallaron, casi intacto,
con el nombre aún grabado en el casco.

Leo la noticia como un arqueólogo 
frente al sarcófago de un faraón
que escapó de su funeral
para volver a explorar 
los confines de este mundo.

Ese mismo día leí al hacedor
de lentes, que pulía vidrios e ideas
hasta expresar la transparencia
del laberinto infinito,
que unos llaman Dios y, otros, universo,
al afirmar que cada cosa
persevera en su ser.

Spinoza murió el mismo año
en que se descubrió la velocidad de la luz.
¿Él describió su arquitectura?
Bajo la luz del mismo sol
que guió y eclipsó 
a estos exploradores de límites,
llegó a mis manos, el mismo día,
un libro rescatado a horas 
de su destrucción inminente.

Kim halló las Voces, de Porchia,
mientras recolectaba revistas
en el centro de reciclaje.
Como el amuleto que resiste
al incendio y la abeja que poliniza
la última flor, volvió del olvido
para asombrarme con su aroma añejo, 
a cosecha de silencios, y reciclaje de luz
el mismo día que el Endurance
volvió a mostrar su nombre
frente a una mirada humana.

Alfonso Matus (Santiago de Chile, 1995) es escritor y redactor del diario Cine y Literatura. Incursionó en las carreras de sociología y de filosofía en la Universidad de Chile, luego desertó y viajó por el cono sur desempeñando diversos oficios como barista y brigadista forestal en Punta Arenas y Tierra del Fuego. Publicó el poemario Tallar silencios (Notebook Poiesis, 2021, Chile). Los poemas presentados son parte de un poemario inédito.

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