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Atisbos de literatura iberoamericana

Encuentro poético

por Juan Bautista Durán

ximena lópez bustamante (Arequipa, Perú, 1993). Es poeta y periodista. Licenciada por la Universidad Científica del Sur (Lima) con la tesis ‘Nuevo Periodismo en el Perú: caso revista Etiqueta Negra’, cursó posteriormente el máster en Creación Literaria de la Universidad Pompeu Fabra, Barcelona. Es autora de los poemarios Interior VI. Técnica mixta (Aletheya, 2022) y Sombra celeste (Comba, 2025).

Coinciden en las mesas de novedades el rescate de la obra fundamental del poeta peruano Carlos Oquendo de Amat, 5 metros de poemas, publicado por Visor a los cien años de su primera edición, y el segundo poemario de la joven poeta peruana Ximena López Bustamante, Sombra celeste, publicado por Comba. Hay que celebrar en primer lugar la presencia que viene ganando en España la poesía del país andino, con la publicación de autores como Mario Montalbetti o Ana Carolina Quiñonez Salpietro, así como la recuperación de autores de la talla de Jorge Eduardo Eielson y Blanca Varela. Otros muchos podríamos nombrar y otros tantos faltarían, siendo la peruana una tradición poética de mucho peso y largo recorrido, más allá de los jueves parisinos con aguacero y de los osos hormigueros y su canto ceremonial. Sin embargo, bien sea por cierta inopia peninsular o por la mala sombra que Chile ejerce sobre ellos, al lector español se le ha venido escatimando la poesía procedente del Perú, no así su narrativa.

Un bonito casual será lo que hizo posible que la publicación de Oquendo de Amat, nacido en Perú en los albores del siglo XX y fallecido en España en 1936, coincidiera con la de López Bustamante, autora que habría que situar en la generación Y. Casi sesenta años separan la muerte del primero del nacimiento de la segunda, y sin embargo el azar, el ojo curioso de quien esto escribe, hizo que se encontraran en un mismo punto donde los tiempos se desdibujan y dan la mano.

De «hechicero consumado, brujo de la palabra y osado arquitecto de imágenes» calificaba Vargas Llosa a Oquendo de Amat, pionero en su país de las vanguardias y figura clave para un surrealismo que en Perú tendría, vía París, un papel destacado. Tal es así que López Bustamante se declara deudora de esa generación. «Todo el mundo surrealista me enamoró, me cautivó. Dije: ¡Éste es mi grupo de amigos!». Su primer acercamiento fue a través de la pintura, muy apegada, reconoce, a exponentes como Remedios Varo, Leonora Carrington o René Magritte, puente estupendo hacia la poesía, «desde Apollinaire hasta Éluard o Paz», con los peruanos César Moro y Xavier Abril.

Tanto la poesía surrealista como la vanguardista tienen un componente estilístico, visual, muy destacado. Se aprecia en la obra de los autores citados y en especial en la de Oquendo de Amat, cuyo 5 metros de poemas es un libro-acordeón que hace un guiño al arte entonces más en boga y novedoso, el cine. El poemario se despliega en una única hoja a imagen y semejanza de una película cinematográfica y cuya extensión ronda, en efecto, los cinco metros (tres en la edición de Visor). «Abra el libro como quien pela una fruta», se lee al comienzo, antes de entrar en el poemario en sí, en el cual vemos referencias directas al cine —«film de los paisajes»—, caligramas a la manera de Apollinaire, un intermedio propio también de la época y, tras ello, un juego semántico que por momentos se apoya en lo onírico y abunda en la sinestesia y en metáforas hiperbólicas, fruto acaso de una alucinación cinematográfica. En el poema ‘Amberes’, por ejemplo, habla de los «ojos receptivos de celuloide» de las señoritas; y en ‘Campo’ dice: «De tus ojos cintas de alegría colgaron la mañana.»

López Bustamante participa también de la condición visual de la poesía y busca en ella una conexión con su tiempo, el presente. Leemos en este sentido uno de los poemas iniciales, sin título, en el que la estructura fragmentada en forma de escaleta es epítome de su contenido. «Vida // en // f/r/a/m/e/s // donde // no // se // halla // narrativa», escribe, en un juego que así expuesto carece de la fuerza con que la poeta nos lo traslada pero que de todos modos merece ser enunciado. ¿No es la fragmentariedad sino una condición de nuestra época, en la que si resulta simpática la idea de los cinco metros de Oquendo de Amat es por extemporánea, ajena a nuestro ritmo vital? Entiende bien eso la poeta peruana, que se acerca al caligrama u otras formas heredadas a la vez que explora motivos de su tiempo, exaltada la búsqueda interior y su feminidad. «Escarbar hasta encontrarse los pies», escribe.

Lo paradójico de esta búsqueda es que nos remite de nuevo a las vanguardias, cuyo principal referente fue el simbolismo francés de Mallarmé, Verlaine o Baudelaire, quienes de la profundidad y riqueza interior hicieron bandera con la que distinguirse de la vulgaridad externa, representada a la sazón en los folletines y la prensa diaria. Basta recordar la aseveración baudeleriana, según la cual no tiene la poesía mayor objeto que ella misma. Es ella y su propio reflejo, es la verdad misma. Ésta de López Bustamante está estructurada en nueve noches, lo que no es baladí, nueve noches en las que se entrelazan el hedonismo, la soledad y una memoria que se abre camino con luz propia. No pretende ser una lectura cómoda, segura, siguiendo la estela simbolista, aunque tampoco renuncia a la cercanía del lector, a traerlo cerca de sí, hacia ese primer momento, noche inicial, en que «baja la tarde y todo boca arriba / pernocta flameante el misterio alado»; parece decirle tú también tienes una subjetividad que cruje y transpira y sabe apreciar lo que está fuera, la sombra de este pajarillo cuyo vuelo atraviesa el cielo. En este contraste de luz y sombra, de hambre y desconsuelo —«¿qué se hace con la experiencia de amar?»—, crece esta valiente propuesta poética.

Adentrándonos en ella y su sensual tejido de ritmos, entre noches insomnes y un sol picapedrero que anuncia la tierra arequipeña de la poeta, no es difícil imaginar su encuentro con Oquendo de Amat y sus juegos poéticos, explorador de mañanas, de paisajes o de sueños, un explorador feliz como un acordeón y que al ver llegar a la joven poeta le dirá: «Tú estás aquí como la brisa o como un pájaro.» Y está, están ambos, para nuestro deleite, el de los lectores.

Selección de poemas de Sombra celeste,
de Ximena López Bustamante

1

he observado desde mi abandono los cuadros que colgué a clavo y martillo la mesa de noche y los libros zigzagueando por doquier sé de memoria cada rincón esta habitación y su tierno hedonismo ya organicé las joyas que no uso doblé la ropa hasta conseguir el vaciamiento de esta mitad

2

ahora fractales de U N A M I S M A el poema llora mientras canta caligrafía de lo imposible todo esto sucederá siempre como una montaña resucitando con amaneceres como zurcir el pedazo de este poema a punto de

3

en un eructo volaste los cristales sabor feroz a las menos cuarto babeante mordida primera del tú del yo vastos hasta el derretimiento triturando violines con los que te hacía serenata cada vez que llegaba impuntual empapada de promesas jadeante de lo que me falta para vernos rotos y multiplicados en nuestra cita infinitesimal

4

travesía continua con brazos que remos invisible nadadora luz pajarilla sombra celeste ábrete camino entre lo no escrito ábrete y alumbra versos hambrientos

5

estado profético atravesarse cubierta de máscaras como animales que nunca se repiten escarbar hasta encontrarse los pies reconocer en lo desconocido todo aquello que he visto leído olvidado

Selección de un poema de 5 metros de poemas,
de Carlos Oquendo de Amat

carlos oquendo de amat (Puno, Perú, 1905 – Guadarrama, España, 1936). Es uno de los escritores más relevantes de la literatura peruana, y junto con sus compatriotas José María Eguren, César Vallejo o Martín Adán, entre otros, uno de los más destacados exponentes de la poesía contemporánea del Perú. Autor de un único poemario, 5 metros de poemas (1929), su obra es de marcado carácter vanguardista.

poema del lado del sueño

Parque salido de un sabor admirable Cantos colgados expresamente de un árbol Árboles plantados en los lagos cuyo fruto es una estrella Lagos de tela restaurada que se abren como sombrillas Tú estás aquí como la brisa como un pájaro En tu sueño pastan elefantes con ojos de flor Y un ángel rodará los ríos como aros Eres casi de verdad pues para ti la lluvia es un íntimo aparato para medir el cambio moú Abel tel ven Abel en el té Distribuyes signos astronómicos entre tus tarjetas de visita

juan bautista durán (Barcelona, España, 1985). Es editor y escritor. Su último libro publicado es Tantas cosas dicen (Comba, 2020).

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